No faltan palacios en India, especialmente en Rajasthan, pero ninguno transmite tanto como el Neemrana la sensación de esplendor y refinamiento de la aristocracia india. A lo largo de su larga historia, hasta la independencia en 1947, el subcontinente indio estuvo dividido en cientos de pequeños feudos encabezados por príncipes hereditarios -o maharajás- que ejercían el poder absoluto. Mismo...
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