Chocolat : Nuevo Méjico Sustancia alimenticia (pasta solidificada) elaborada con frijoles de cacao tostado y triturado, azúcar, vainilla u otros aromas.
Ser chocolate: sentirse frustrado, privado de algo con lo que contaba; ser engañado / estafado o engañado. No obteniendo lo que esperabas.
(Vea el origen de esta expresión a continuación).
Quédate / quédate chocolate: deja de lado, jódete.
Nadar en chocolate: pérdida de tiempo; esfuerzo innecesario.
Es chocolate: es fácil.
Tener la cara / estar en chocolate: haber bebido.
Chocolate de la mudanza: gran vino tinto.
Barra de chocolate: músculos pectorales muy desarrollados.
Turbina de chocolate: gilipollas, ano.
Chocolate suave y fluido: heces.
La expresión "Ser chocolate": Ser atrapado, engañado, engañado.
¿Por qué, en jerga, chocolat es sinónimo de engañado? Hay al menos tres explicaciones para esta rareza.
El primero vendría del boxeo donde, cuando un jugador estaba aturdido, por lo tanto había tomado un choque , dijimos que era chocolat o KO.
Según Albert Dauzat, autor de esta tesis en Los Slangs, esto vendría de sucesivas deformaciones fónicas de knockear (KO), pronunciado nokahout, que se habría convertido en moca y, por derivación, en chocolat.
La segunda se debe, a principios del siglo XX, a los famosos payasos Footit y Chocolate de la época. Raphael Padilla tomó el sobrenombre de Chocolate porque era negro, de origen cubano. Como, en su número, a menudo era llevado por su amigo, cada vez que se daba cuenta de que había sido engañado, decía "Soy chocolate".
Pero Gaston Esnault levanta la expresión hacer chocolate en el sentido de "jugar al falso engañador que atrae al público", expresión utilizada por quienes practicaban el bonneteau incluso antes del éxito de los payasos. El papel de la persona que hacía el chocolate era, por tanto, jugar el cebo, "caramelo" que atrae a los simplones. Por extensión, "el chocolate" era el jugador así atrapado en la trampa y engañado por los tramposos.
Cita del escritor francés Louis-Ferdinand Destouches, conocido como Céline (1894-1961): "Ya casi no hay barcos de vela, eso es lo que trajo a los verdaderos salvajes, esos eran los intratables, los verdaderos espantosos... amarillos... negros... chocolates !…, echando espuma” en la novela La banda de Guignol. (1951).